miércoles, 5 de marzo de 2014

“Oferta y Demanda” o “Regulación” en la formación de Ingenieros



En abril de 2013, la Comisión de Educación del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.,generó un documento público(VER AQUI ),en el cual indicaba su preocupación por el aumento sostenido en la matrícula de las carreras de Ingeniería, desconociéndose si dicho requerimiento se alineaba con las necesidades futuras del país de ingenieros, cito textual uno de sus párrafos:
“…En función de estos objetivos (como Asociación Gremial), deseamos manifestar nuestra preocupación por dos temas que consideramos importantes para el desarrollo de las carreras de ingeniería y del país. El primero es el gran y sostenido  crecimiento de la matrícula de Ingenieros Civiles e Ingenieros Comerciales durante la última década en las universidades nacionales. Es así como en el período 2000-2012 la matrícula total de estas carreras ha pasado de 45.294 a 100.232 alumnos (crecimiento de 121,3%), mientras que las matrículas de primer año, para igual período, ha crecido un 151%. Este tipo de crecimiento exige revisar los requerimientos futuros de ingenieros (cantidades y perfiles), en una o dos décadas más, que necesitará el desarrollo del país, ya que es una tasa muy alta, que no está respaldada por ninguna previsión de las demandas futuras del país...”
En otras palabras lo que se interpreta en el documento, es la falta de una vinculación, alineamiento y coordinación entre la cantidad de titulados actuales y futuras, con respecto a las necesidades de profesionales futuros para el desarrollo país (en específico el caso de los ingenieros), es decir:una política capaz de articular: el desarrollo de capital humano profesional de la ingeniería y de desarrollo económico productivo país.
Muy a título personal, creo importante que la autoridad pueda abordar esta situación desde dos visiones: la primera, sin duda correspondiente a la incapacidad de tener visiones y apuestas de largo plazo en el desarrollo país, es decir, tener la capacidad de avanzar con un proyecto más allá de los periodos presidenciales, de quinquenios o décadas; y la segunda, que de una vez y por todas debemos dar la discusión correspondiente para tomar una definición en las políticas de formación, en términos de: dejar a la oferta y la demanda, como los elementos capaces de regular la cantidad de profesionales (de la Ingeniería que actualmente se forman), o definitivamente intentar regularlos con el objeto de atender las demandas reales y efectivas para el desarrollo país en los años venideros.
En función del párrafo anterior, me atrevo a plantear que en esos puntos las Asociaciones Gremiales, y en mi caso, Nuestro Colegio de Ingenieros de Chile A.G., son las instituciones, que técnica y desinteresadamente, pueden abordar, orientar y aportar al país, mediante su visión en estas temáticas, en otras palabras, es un desafío para nosotros (como A.G.), ser parte de esta discusión en términos de lo que sucede con la formación de ingenieros y su aporte al desarrollo país.Ya que finalmente somos los únicos que vinculamos en nuestra actividad elementos que van desde la formación hasta el ejercicio de la profesión.
A este desafío, es importante agregar, que como Asociación Gremial, de forma permanente hemos apoyado y aportado a la construcción de la visión de futuro, en distintas áreas, proceso publicado en el Proyecto País, y por lo mismo hoy debemos ser capaces de ir un poco más allá en el cuidado de la profesión, participando y aportando en las definiciones de futuro, con respecto a las necesidades de ingenieros para el desarrollo futuro, y la formación de los mismos.

Mauro Grossi Pasche
Ingeniero Civil Industrial

martes, 4 de marzo de 2014

Nuevo Impuesto Específico a los Combustibles



Por un Impuesto Específico: Justo y Equitativo
Como cualquier persona, entiendo  que el uso de combustibles fósiles, principalmente en motores de combustión interna, genera externalidades negativas como la contaminación, y por ello creo necesario gravar su uso, como compensación a dichas externalidades, para quienes los usamos.
Pero lamentablemente el Impuesto Específico a los Combustibles (IEC, que corresponde a un gravamen) sólo lo paga aproximadamente el 20% del petróleo utilizado, ya que por ley están exentos de pagarlo usuarios como: navieras, forestales, líneas áreas y otros, que componen el 80% restante, es decir, prácticamente sólo lo pagan los vehículos terrestres motorizados.
Además el Impuesto Específico a los Combustibles, es absolutamente discriminador en su aplicación y costo, ya que tiene distintos valores, para las bencinas y el diésel, donde las primeras pagan el equivalente a 4 veces, lo que la segunda, en castellano: las bencinas están gravadas con 6 Unidades Tributarias mensuales, por metro cubico de combustible (6 UTM/m3), y en cambio el diésel con 1,5 UTM/m3.
Como si todo lo anterior fuera poco, el Impuesto Específico a los Combustibles, fue creado con el fin del desarrollo de infraestructura vial, la que hoy es concesionada, y debiéndose pagar un gravamen adicional, cada vez que ingresamos a una autopista, y al pasar bajo un pórtico escuchamos “PIP”, pero de desarrollo de calles y avenidas al interior de la ciudad, no se oye padre, y por ende es justo cuestionar el uso de los recursos correspondientes al cobro del Impuesto Específico a los Combustibles, ¿usted sabe en qué se usa esa plata…?, ¿será la caja chica de los gobiernos de turno…?, etc., etc., etc.
Por si usted no lo sabe el Impuesto Específico a los combustibles, recauda un poco más de 2.000 millones de dólares al año, sólo el 2012 fue US$ 2.344 millones, para hacer una comparación, dicha cifra equivale al 34% de lo que Codelco entrego al Fisco el año 2011, y al 50% de lo que entrego el 2010.
Finalmente tenemos un sistema de estabilización de precios de los combustibles (SIPCO), que a luces de los consumidores, al parecer no sirve de mucho, y adicionalmente no considera el tipo de cambio, para actuar (valor dólar), tanto así que en las últimas tres semanas no actuó, pero los precios de combustibles SI.
Dados los párrafos anteriores, los invito a trabajar por tres cosas que a mi juicio impactarían significativamente en el precio de los combustibles, mejorando la recaudación fiscal: la primera que corresponde a sincerar la realidad; la segunda que corresponde a democratizar el impuesto; y la tercera que corresponde a eliminar el carácter de discriminador del impuesto.
 
 1.- Sincerar la realidad: Asumir y comprender, que un país que importa prácticamente el 98% del petróleo  que consume, no puede tener un sistema de estabilización de precios que funcione, ya que no maneja las variables externas, y menos en un escenario de escasez del petróleo y sostenidas alzas en su precio, en conjunto con una política cambiaría libre como la de nuestro país.
Por otro lado de una vez y por todas sincerar el uso de los recursos por concepto de recaudación de impuesto específico a los combustibles, y de ser necesario, redefinirlo, pero muy transparente en su uso.
Propuesta en este punto es eliminar cualquier tipo de sistema o modelo de estabilización de los precios de los combustibles, y que parte de la recaudación vaya a I+D, para la disminución en el uso de combustibles fósiles y/o el desarrollo de alternativas más sustentables.
2.- Democratizar el Impuesto Específico a los Combustibles: todos quienes usamos (quemamos) el petróleo (diésel o bencinas), generamos en mayor o menor medida externalidades negativas al ambiente, pero sólo un 20% del petróleo consumido para Impuesto Específico a los Combustibles.
Propuesta es que todos los que lo usan petróleo (bencinas y diésel) deben pagar elImpuesto Específico a los Combustibles.
3.- Eliminar el carácter discriminador: Actualmente existen distintos valores para quienes usan bencina o diésel, 6 UTM/m3 y 1,5 UTM/m3, respectivamente, lo cual tiene un carácter absolutamente discriminador, y más aún cuando cada vez más marcas de autos tienen dentro de sus versiones modelos diésel, generando consumidores de primera y segunda categoría, ya que se les cobra un impuesto distinto.
Propuesta: un Impuesto Específico con el mismo valor para todos los consumidores por igual, el cual debería estar en el rango de 1,0 a 1,5 UTM/m3.

Mauro Grossi Pasche
2º Vicepresidente Comisión Educación