Restos de
comida en la basura, producto de una inadecuada planificación, se compra demás,
se sobredimensiona, o bien se subutiliza, terminando a formar parte de los RSU,
residuos sólidos urbanos, algo sucede que estamos desperdiciando insumos
valiosos.
Es cosa de
mirar los tachos de desperdicios a menor y mayor escala, desde domicilios,
supermercados, patios de comida, restaurantes de mayor o menor categoría.
Se desecha
a diario una considerable masa de alimentos, que podría verse como materia
orgánica para quienes hacen compostaje o lombricultura y no la aprovechan.
Algunos
son alimentos que aún no han caducado – hasta vegetales y hortalizas, las
cuales podrían tener otro uso o bien, algún destino que sea mejor aprovechado,
existen interesantes iniciativas en otros países para evitar su eliminación, ya
sea para la creación de comedores comunitarios o bien disponerlos en las calles
en refrigeradores para que quien lo necesite pueda sacarlo y comérselo.
Desconozco
sinceramente si esto último funcionaría en nuestro país, pues dejar todo tan
libremente en la calle quizás termine siendo ingerido por los perros
asilvestrados o vaya dar de una forma u otra al camión de recolección de RSU o
basura. O bien se pierda con los señores de lo ajeno.
Una u otra
mirada permite evidenciar que algo no está bien, no debiese eliminarse,
descartarse o botarse los nutrientes que necesitamos para el día a día, nos
sobra la comida, está nuestro país bien alimentado (¿?), gran parte de los
vegetales forman parte de lo que va directamente al papelero. Y si vemos las
cifras… Chile está en el 6° lugar mundial en obesidad infantil y en el primer
puesto en América Latina (INTA, 2016). Quizás sea una excelente idea usar bien
nuestros escasos recursos y fomentar que se empleen adecuadamente, tal y como
se anhela que colaborativamente avancemos en el bienestar compartido... en el
bien ser.
Eva Soto Acevedo
Vicepresidenta Consejo Zonal Valparaíso
Colegio de Ingenieros de Chile A.G.
@evasotoa
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