Es común apreciar en los
perfiles de egreso de las carreras de ingeniería, el concepto de interdisciplinariedad,
que se destaca junto con los términos de innovación y creatividad.
Cuán relevante es finalmente
la cualidad de “interdisciplinario”, es decir, “aquello que se lleva a cabo
a partir de la puesta en práctica de varias disciplinas”. El término tiene
larga data, nos acompaña desde el año 1937 a manos de sociólogo Louis Wirtz.
Efectivamente es indispensable
que en la formación de nuestros ingenieros, se incorpore la
interdisciplinariedad, pues los procesos humanos de diversa índole, son
dinámicos y requieren/necesitan que se integren diferentes elementos para
encontrar soluciones, proponer miradas, sugerir mejoras, de forma holística,
inclusiva, con énfasis en el bienestar, en el bien ser y en el bien hacer.
Ahora bien, la
interdisciplinariedad supone “la existencia de un grupo de disciplinas
relacionadas entre sí y con vínculos previamente establecidos, que evitan que
se desarrollen acciones de forma aislada, dispersa o segmentada”.
Por tanto, la segunda derivada
es, ¿existe la voluntad real en los formadores de ingenieros, en trabajar
colaborativa y activamente en procesos interdisciplinarios?, ¿dejaremos de
tener “ghettos” de conocimiento que impiden la interacción efectiva entre
distintas disciplinas?, pues a todas luces se predica con el ejemplo y aunque
estemos iniciando el 2018, se ve un tanto complejo el fomento de las
habilidades “inter” en nuestros noveles candidatos a ingenieros.
Eva Soto Acevedo
Msc. Ingeniera Civil
Bioquímica
Primera Vicepresidenta Consejo
Zonal Valparaíso
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