Tres conceptos que al parecer distan mucho, en términos de
definición y ética, pero que a la larga
son difíciles de calificar y/o jerarquizar en nuestra cultura, como alguien
dijo una vez:“…que tienen de malo los incentivos positivos para mejorar la
gestión…”,frase que se lee y suena muy bien, pero que a la hora de
explicitar su alcance e impacto, es bastante difusa.
Quien dijo la frase anterior, en
realidad lo que estaba planteando haciéndolo ver como un gesto de
agradecimiento por la buena gestión, donde en la realidad de los casos le
significaba la obtención de un beneficio personal o por sobre sus competidores,
algo que claramente es cuestionable.
Entonces la pregunta es: ¿qué tan
habitual es la práctica en nuestro país del “incentivo positivo”…?, pero
que a la luz del común y corriente, se ve como algo natural, y a modo de
ejemplo me refiero al hecho tradicional de: “llevar un chocolatito o una flor a
aquella funcionaria que agilizo el trámite”, y dado lo anterior: ¿ese
chocolatito es una coima…?, cada vez que realizo esta analogía del
chocolate y la coima, obtengo respuestas que dan para todo desde gesto hasta
coima, e inclusive frescura, pero en resumen la gran mayoría indican, que dado
el valor monetario del chocolate, corresponde sólo a un gesto de
agradecimiento, en otras palabras, la gran mayoría entendía que las coimas son
sólo en dinero. Algo así como ser honrado a medias; o estar a medias
embarazada, debo aclarar que ante ciertas cosas, no hay espacio a grises y sólo
existen los blancos y negros.Dado lo anterior, es posible interpretar que de
acuerdo al monto del incentivo, puede diferenciarse entre coima o gesto…?,Falso,
tanto el chocolate, como la entrega de dinero son abiertamente coimas,
en distintos formatos pero coimas de todos modos.
Por otro lado es cosa de
conversar en distintos círculos, para darse cuenta que la práctica del “Chocolatito”,
es absolutamente habitual, y se da por entendido que es un gesto necesario para
mejorar la gestión, y tan habitual es, que si uno no lo hace, hasta te miran
feo, y te tratan de mal agradecido, pero basados en los párrafos anterior, y
permitiéndome decir, que el chocolate y el dinero son coimas por igual, al
momento de empezar a ver que esto es habitual y aceptado, pasa a ser
abiertamente corrupción.
Sin darnos cuenta, con esto
estamos institucionalizando la corrupción como un gesto de agradecimiento, como
de costumbre encontramos la forma bonita de justificar un acto antiético.
Entonces me pregunto ¿Qué
diferencia a esa persona que espera un chocolate a cambio de hacer su trabajo,
de otra que pide coimas para adjudicarte un contrato…?
Mi respuesta es clara, no se
diferencian en absolutamente nada, pero cuidado, prácticas como estas, nos
están llevando cada vez más a situaciones que en algún momento nos pasaran la
cuenta como país, en un abierto deterioro y relativismo de la ética.
Podría seguir dando infinitos
ejemplos:
“no fue plagio, sólo se me
olvidó mencionar la fuente”;
“sólo fue un error, no
sabía que ese gasto era inimputable a la glosa”;
“profesor sólo era una
ayuda de memoria”.
Lo preocupante de esto, es que
cada vez más esta mala práctica del gesto de agradecimiento (que tengo claro
muchos lo ven como tal), es que estamos entrenando y/o enseñando a nuestro
interlocutor a considerarlo una práctica aceptada y validada, permitiendo su
expansión y reiteración en el tiempo, lo que en castellano se llama “corrupción”.
Es deber de quienes
ejercemos nuestra profesión, y en específico nuestra responsabilidad permanente
como Asociación Gremial, de cautelar celosamente el ejercicio, responsabilidad
y compromiso con nuestros principios éticos, en todas nuestras acciones, ya seanpersonales
o profesionales.
Mauro Grossi
Pasche
Consejero Nacional
Secretario Consejo
de Especialidad Industrial
Colegio de
Ingenieros de Chile A.G.
Registro N°:
24.309
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