Es
común ver en la prensa, cada cierto tiempo, la publicación de ranking´s de
universidades, manifestando cuales de ellas están entre los Top Ten de Chile,
pero hoy dados los tristes antecedentes ya judicializados, producto de la
gestión de algunas autoridades de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA),
da para pensar en dichos ranking´s, ya que en la gran mayoría de ellos, el
hecho de estar acreditada y los respectivos años de acreditación, son un
elemento crucial para calcular la posición de la respectiva universidad, y me
pregunto ¿sólo la “del mar” y la “Pedro de Valdivia”, o aún faltan casos por
conocer?, y del potencial lobby político asociado a las universidades del
estado para acreditarse, no lo sabemos y sería muy injusto plantearlo, pero si
a lo menos la interrogante es válida, y por ende pone en tela de juicio la acreditación
de universidades, y por ello, pone en tela de juicio cualquier ranking que la
utilice en sus cálculos.
Adicionalmente
estos ranking´s utilizan una serie de indicadores cuantitativos: número de
doctores; número de estudiantes por profesor; papers publicados; etc., etc.,
etc., y yo me pregunto, cómo estos indicadores pueden dar fe de que
efectivamente los estudiantes aprendieron sus materias y desarrollaron las
competencias para aplicarlas correctamente…?, por lo menos a mí no me calza.
En
resumen, estamos tomando sólo los indicadores que son cómodos para algunos y
hacemos los respectivos ranking´s, con esto no quiero desprestigiar a quienes
realizan dichas publicaciones, por el contrario, ellos hacen su pega en función
de la información a la que tienen acceso y esa no dice relación con la calidad
de la formación, ni la investigación.
En
mi lógica, un estudiante, me imagino, al titularse espera poder trabajar en
áreas relacionadas con la carrera que estudió, donde adicionalmente podríamos
pensar que espera tener una buena renta y poder ascender profesionalmente en el
tiempo, en conjunto con llegar a empresas y organizaciones que son líderes en
sus respectivas áreas de desempeño. Situación que claramente no se observa en
ninguno de estos ranking´s, por el contrario ni siquiera se plantean como
desafíos, ya que para ello, lo primero que deberíamos hacer es preguntarle a
los contratantes, que universidades forman técnicos y profesionales a la altura
de sus necesidades y desafíos, ya que de lo contrario, sólo estamos
autocomplaciéndonos; poder saber cuál es el equilibrio entre capacidades
técnicas, conocimiento y habilidades blandas, por ejemplo.
Desde
otro punto, como país, aspiramos a ser desarrollados, y con buenos indicadores
de I+D, y me pregunto, donde están los indicadores de patentes generados por
las investigaciones universitarias….?, en dichos ranking´s, hasta el momento no
he visto ninguno que los incluya, y la verdad me atrevería a plantear (sin
conocer los números duros) que la gran mayoría de las patentes de investigación
vienen de las empresas y no de las universidades, entonces me pregunto, estamos
investigando sólo para generar paper…?, que en muchas instituciones tienen un
incentivo económico para los investigadores a través de las jerarquizaciones o
incentivos directos por publicación.
Y con
el párrafo anterior, me atrevería a plantear, que lo único que muestra es un
desacople de la política pública en términos del desarrollo económico
productivo, y por ende la política de desarrollo país, donde no existen
directrices a nivel país de los técnicos y profesionales que necesitamos para
nuestro desarrollo, lo que pone en evidencia, finalmente, la falta de una
política país de largo plazo, a modo de ejemplo: hoy es la minería, antes fue
la salmonicultura, y pretendíamos ser potencia alimentaria. Todo esto en los
últimos 10 años, y de la mirada de futuro….?, no se oye padre, seguimos
viviendo el día a día sin anticiparnos a los nuevos tiempos.
Por
otro lado, la política pública en términos de educación ha sido casi majadera
en fomentar la formación de técnicos, planteando que nos hacen falta para el
desarrollo, pero ustedes han conversado alguna vez con estudiantes de educación
superior que estudian carreras técnicas, sobre cómo ven su futuro, en su gran
mayoría plantean que seguirán estudiando, una vez titulados de técnicos, una
carrera profesional, y dicha situación no obedece a temas de renta o
empleabilidad, por el contrario, obedece a temas de la valoración socio
cultural que se le da a los técnicos en nuestro país, un tema de status,miremos
un poco lo que el entorno y la sociedad nos está mostrando, antes de generar
ranking´s con indicadores que no necesariamente son importantes o válidos para
los actores interesados.
Finalmente,
si las universidades “como tradicionalmente se dice” son un motor en el
conocimiento y la movilidad social, que se traducen en el desarrollo de un
país, antes de hacer un ranking, preguntémonos de qué universidades vienen los
técnicos y profesionales, que hoy lideran los cambios en nuestro país…?,uffff,
para dar la respuesta y nombrar a esas instituciones, creo que me sobran dedos
en una mano.
…Dejemos de mirarnos el ombligo y autocomplacernos con indicadores y
ranking´s…, basados en elementos y factores que no dicen finalmente la realidad
o están desacreditados, en términos de lo que será el futuro de los actuales
estudiantes de educación superior, o la calidad de las instituciones donde
actualmente estudian…, ya que de lo contrario, seguiremos ofreciendo sueños y
entregando frustraciones…
Hoy
estamos viviendo un período de crecimiento económico y de alta empleabilidad,
aprovechemos la oportunidad para generar planes de desarrollo de largo plazo,
ya que debemos recordar que la economía es cíclica, y nada asegura que las condiciones
se mantendrán eternamente, para definir qué es lo que realmente necesitamos, en
términos de capital humano, para enfrentar un desarrollo país.
Mauro
Grossi Pasche
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