Ya es enero, y como es tradicional en nuestro país, nos preparamos
para las vacaciones, les adjunto una pequeña reflexión,
sobre el periodo estival de los últimos años…
Haciendo memoria, y recordando mis tiempos de escolar, pienso en
cómo cada marzo al llegar a la primera clase de castellano (creo que hoy se
llama lenguaje), el respectivo profesor o profesora de ese año, nos pedía realizar
la “composición
sobre las vacaciones”, es decir, que en una o dos planas escribiéramos
que habíamos hecho durante el verano, posteriormente nos sacaban adelante y
debíamos leer la composición, con lo cual se generaba un espacio muy rico de
conversación entre los compañeros, donde todos contábamos finalmente lo bien
que lo pasamos, lo mucho que jugamos, anécdotas y muchas cosas entretenidas con
esa mágica ingenuidad de los niños.
A modo de rejuvenecer un poco quise hacer una composición sobre mis
vacaciones, pero me encontré con una serie de factores, que nunca observe o no
existían en mis tiempos de escolar, por lo que más allá de escribir sobre mi
vivencia, la cual debo decir fue nuevamente maravillosa, voy a escribir sobre
situaciones que pude observar durante mi estadía en el litoral central de
nuestro país.
A continuación relataré una serie de cosas que vi y viví:
·
Taco descomunal a las horas
peak, ya sea para ir o devolverse de la playa, con los respectivos conductores
alterados y fuera de sí, dispuesto a matar por un espacio, un estacionamiento o
avanzar un poco más que el resto.
·
Papás y mamás sin desconectarse
del celular, conversando de trabajo, y en absoluta despreocupación de sus
hijos.
·
Vehículos, cuyos conductores
manejan con música estridente, pero con los vidrios abiertos a modo de poder
obligar al resto a escuchar lo que a él le gusta.
·
Una serie de veraneantes que
llevan a su mascota, por lo general un gran perro, y lo dejan suelto, asustando
a los niños, tirando arena, haciendo sus necesidades, etc.
Y así sucesivamente un gran número de situaciones que distan absolutamente
de lo que uno podría pensar como definición de vacaciones donde la
tranquilidad, el descanso y lo más importante la posibilidad de compartir en
familia, no los observe.
Reflexionando un poco, me pregunto qué ha pasado en estos años, y
comparo mi composición escolar con lo que hoy estoy escribiendo, claramente
algo cambio, y el único concepto que se me viene a la cabeza es “RESPETO”,
algo que se trae de la casa y no se adquiere en la farmacia.
Con esto creo representar a muchos que han podido observar el mismo
cambio en el tiempo sobre su composición de las vacaciones, pero debemos
preguntarnos, si estamos de acuerdo en ello, ¿dónde perdimos el respeto, y lo
más importante donde dejamos que no nos respeten…?, creo que no tengo
una respuesta para esto, si me queda hacerlo público, para ver si de alguna
manera con un pequeño gesto, lo volvemos a instaurar como un concepto
importante, valioso y presente en nuestras actividades diarias, y en un futuro
nuestro recuento de vacaciones pasa a ser más como el escolar…
Mauro Grossi.
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