jueves, 12 de septiembre de 2013

Investigación y Desarrollo, Un activo que hay que proteger



El resultado de una investigación y desarrollo, muchas veces termina en un interesante producto o proceso, que bien vale la pena proteger, con la finalidad de evitar la copia de terceros, recuperar la inversión y rentabilizar el resultado obtenido. Las herramientas que existen para lograr lo antes mencionado, están contempladas en la ley de Propiedad Industrial (Ley 19.039 de 1991 y sus posteriores modificaciones). 

Esta ley regula el otorgamiento de marcas comerciales, patentes de invención, modelos de utilidad, diseños industriales y otros privilegios de carácter comercial e industrial.

Sin duda los privilegios industriales más valorados y poco usados en nuestro país, son la patente de invención y el modelo de utilidad, llamado también la patente menor. Del total de casos protegidos en Chile, no más del 10% son desarrollos chilenos, lo que demuestra el poco conocimiento sobre las ventajas de la protección que otorga la ley de Propiedad Industrial. 

Una empresa que desarrolla productos o procesos y aprovecha  el sistema de patentes, tiene una gran ventaja sobre aquellas que no protegen sus desarrollos. La patente es un derecho exclusivo que otorga el Estado para la protección de una invención. Este derecho exclusivo permite a su titular utilizar, explotar y comercializar su invención durante 20 años,  impidiendo que terceros la utilicen sin su autorización. Más aun, si el titular de la patente no la explota, puede vender o ceder sus derechos a un tercero bajo una licencia. Una patente, puede llegar a ser un activo generador de recursos muy valioso para una empresa. 

Es importante tener presente que las ideas no son patentables, solo se patentan las materializaciones de estas ideas, es decir cosas concretas, como productos, procesos o sistemas. Para que un invento sea meritorio de este monopolio que otorga el Estado mediante una patente, debe cumplir al menos tres condiciones, que sea “nuevo”,  esto es que no exista con anterioridad, que tenga “nivel inventivo”, es decir que no sea algo obvio y por último que tenga una “aplicación en la industria”.

Cuando una persona ha desarrollado un invento y quiere aprovechar las grandes ventajas que otorga el sistema de patentes, antes de iniciar el trámite de obtención de patentes, debe tener presente las tres condiciones antes mencionadas, pues estas serán analizadas por un perito del área técnica correspondiente, quién  recomendará al Estado si la invención es meritoria de una patente.

El trámite de una patente en Chile demora aproximadamente 3 años y este privilegio de carácter monopólico se otorga  por 20 años desde la fecha de la solicitud, un período de tiempo bastante amplio para lograr recuperar la inversión y explotar comercialmente la invención. 

Por lo tanto, usar las ventajas del sistema de patentes, otorga a las empresas una fuente de valor muy importante y  marca una diferencia. Lamentablemente, poco se usa en Chile, tal vez por desconocimiento.          

Felipe Langlois V.
Johansson & Langlois
Socio N°17204-9 - Colegio de Ingenieros de Chile

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