El Colegio de Ingenieros de Chile, consciente del papel preponderante
que uno de ustedes asumirá como primera autoridad del país, desea
plantear los siguientes temas y las soluciones que como Ingenieros
proponemos.
Chile ha experimentado un crecimiento sostenido durante las pasadas
tres décadas, como nunca había ocurrido en nuestra historia republicana.
Basta señalar que el ingreso per-cápita se ha cuadruplicado en el
período y las cuentas nacionales se han ordenado rigurosamente, de tal
modo que hoy se cuenta con los recursos necesarios para aspirar alcanzar
en el próximo quinquenio el nivel de país desarrollado. Subsisten sin
embargo importantes deficiencias, como es la desigual distribución del
ingreso, y han surgido nuevas demandas ciudadanas producto del nivel de
desarrollo logrado, como son la calidad de la educación y de los
servicios de salud, la seguridad personal y el acceso de nuevos sectores
de la población a mejores bienes públicos. En una palabra, los chilenos
aspiran a que el crecimiento nacional se traduzca pronto en una mejor
calidad de vida de cada uno. Para lograrlo, nos parecen de especial
relevancia los siguientes temas:
1.- Para superar los problemas actuales de alto costo potencial de la
energía eléctrica en el país y las próximas dificultades de
abastecimiento para los hogares y los centros de producción, es
necesario tomar decisiones inmediatas para fomentar las inversiones y
competencia en el sector, incluyendo los cambios regulatorios
pertinentes. Es preciso facilitar el ingreso de nuevas empresas
generadoras, bajando las barreras de entrada, mediante mecanismos tales
como la licitación de suministro a empresas distribuidoras a largo
plazo.
Se debe diversificar la matriz energética con energías renovables,
conteniendo entre estas la hidroelectricidad de todos los tamaños,
incluyendo la generación en Aysén, además de prepararnos efectivamente
para el uso de energía nuclear en la próxima década. El fomento de la
eficiencia energética debe, también, formar parte de las políticas
nacionales.
Como complemento imprescindible es necesario fortalecer la seguridad y
capacidad de los sistemas de transmisión, ampliando las subestaciones y
construyendo oportunamente las nuevas líneas que se requieran.
2.- Las materias referidas a la calidad de la educación son una
restricción determinante para llegar a constituir una sociedad
equitativa y desarrollada. Las insuficiencias en la formación parvularia
limitan las capacidades de aprendizaje en la educación media, lo que
genera un esfuerzo adicional al sistema de educación superior, que
afecta los contenidos y la duración de las carreras profesionales.
Por su grado de desarrollo, el país requerirá cada vez más de
profesionales innovadores, de ingenieros y técnicos con una formación de
excelencia y de buenos profesores en todas las áreas. Para ello, es
preciso redestinar recursos para su formación. Actualmente el sistema de
educación universitaria se inserta en un modelo de “Titulación” que
habilita al profesional para ejercer toda su vida, situación que se
contrapone con la tendencia mundial de certificación de competencias
habilitantes en forma periódica, dada la velocidad del cambio en el
conocimiento, la tecnología y la cultura. Esta situación debe ser
seriamente evaluada para Chile.
3. Es necesario retomar cuanto antes el objetivo de superávit
estructural en el presupuesto público, alterado a raíz del gran
terremoto del 27 de febrero de 2010, para otorgar estabilidad en el
largo plazo a la economía nacional. El país requiere de una situación
fiscal sólida para hacer frente a amenazas sobrevinientes por crisis
financieras externas o por catástrofes naturales internas y,
especialmente, para avanzar sin retrocesos en el mejoramiento de la
calidad de la educación en todos los niveles, fortalecer la
infraestructura vial urbana y de hospitales, cárceles y aeroportuaria, a
la vez que atender a mayores gastos en salud y atención de ancianos.
Además, las desigualdades de ingreso en nuestra sociedad generan una
demanda constante de recursos asistenciales. En períodos de buen
crecimiento el superávit fiscal debiera ser mayor, mientras que en
momentos de debilidad económica podría convertirse en un déficit
transitorio, apuntando a un resultado de superávit en el promedio del
ciclo. De este modo, la política fiscal contribuiría efectivamente a
lograr un desarrollo sostenido a lo largo del tiempo.
4- La infraestructura en las ciudades no ha avanzado a la par con el
crecimiento y los requerimientos de la población. Es urgente considerar
que el desarrollo urbano tiende naturalmente a ser inorgánico y caótico,
por lo que se debe abordar la planificación adecuada de las ciudades
con políticas públicas coherentes y consecuentes con una política de
estado sobre Planificación Urbana, conducente a mejorar la calidad de
vida de las personas y tener en el mediano plazo ciudades sustentables.
En especial, se deben corregir los problemas de segregación social que
se presentan en la periferia de prácticamente todas las ciudades y las
increíbles dificultades de tránsito que afectan a la mayoría se los
centros urbanos a lo largo del país. Se deben asegurar condiciones de
conectividad e interrelación con el entorno y generar programas que
permitan la interconexión de espacios públicos de manera de facilitar el
acceso de toda la población a buenos centros de salud, de educación, de
servicios públicos y a parques y áreas verdes.
5.- La disponibilidad segura de agua dulce apropiada para la
población y los procesos productivos constituye un elemento estratégico
para el desarrollo social y económico futuro. En las cuencas del Rapel
hasta el extremo norte del país los recursos de agua dulce -superficial y
subterránea se encuentran prácticamente agotados, e igual ocurre con
las situadas del Maule al norte en los períodos cada vez más frecuentes
de sequía. Es así que las demandas futuras de agua en todas las cuencas
del centro sur hasta el extremo norte de Chile deberán ser abastecidas
mediante la optimización de los actuales usos y recursos, la
reutilización de las aguas no consumidas, la construcción de embalses de
regulación, recargas de acuíferos y desalinización de agua de mar.
Para planificar e implementar oportunamente estas acciones, resulta
necesario y urgente modernizar la institucionalidad pública y privada y
el Código de Aguas, para permitir una adecuada gobernabilidad de las
cuencas, focalizando en la función pública las herramientas de
planificación y tutela del agua como un bien público y en las entidades
privadas la representación organizada de los usuarios.
* * * *
Los Ingenieros estimamos que atendidas las cinco materias señaladas,
puede lograrse el deseado tránsito a país desarrollado en un plazo
razonable, con beneficios claros para toda la población. Para ello
comprometemos nuestros mejores esfuerzos y nos ponemos a disposición de
las autoridades para colaborar en el logro de estas altas metas. Como
testimonio de ello, ponemos desde ya a disposición de todas las
candidaturas el Proyecto País elaborado por nuestro Colegio y
actualizado periódicamente.
Fernando Agüero G.
PRESIDENTE CONSEJO NACIONAL
COLEGIO DE INGENIEROS DE CHILE A.G.
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