martes, 24 de mayo de 2016

Muy en el fondo, el daño persiste

A raíz del nuevo incidente en Quintero, derrame de hidrocarburos y para comprender qué sucede con los sedimentos, se hace necesario indicar que: los hidrocarburos son compuestos orgánicos que, según su naturaleza de origen, son clasificados en biogénicos e hidrocarburos antropogénicos. Los primeros son sintetizados por casi todas las plantas, animales terrestres y marinos, incluyendo la microbiota, bacterias, plancton marino, diatomeas, algas y plantas superiores. Existe una asimilación de los términos hidrocarburos y petróleo, este último es una mezcla compleja de muchos hidrocarburos gaseosos, líquidos y sólidos, con un número de carbonos en sus moléculas que varían aproximadamente entre 1 y 50, líquido viscoso, de color pardo oscuro, de olor desagradable, tóxico, irritante e inflamable.

Ahora bien los hidrocarburos más pesados procedentes de las superficies acuáticas quedan adsorbidos y acumulados en los sedimentos fluviales y marinos. Los derrames de hidrocarburos pueden afectar gravemente el medio marino como resultado de la asfixia y de los efectos tóxicos y la prensa los titula como “desastres medioambientales”, y efectivamente el impacto trastorna los ecosistemas afectando a su subsistencia y a su calidad de vida, en adición a la pérdida de recursos marinos. Y por ello la presencia de hidrocarburos en los sedimentos marinos ayuda a comprender el problema de la contaminación marina, empleándose como indicadores pues presentan tasas mayores de hidrocarburos que la columna de agua, entregando antecedentes históricos de los daños provocados – acumulados en el tiempo. Pues los procesos de biodegradación que pueden sufrir estos contaminantes son muy lentos; con elevados tiempos de vida media, que están relacionados con el valor del peso molecular, volatilización, a causa de las bajas temperaturas a las que están sometidos los sedimentos.

Es por ello que es indispensable considerar que el medio marino abarca una amplia gama de ecosistemas complejos, con fluctuaciones en abundancia y diversidad. También es innegable que el medio marino tiene una gran capacidad de recuperación natural frente a perturbaciones intensas, pero tampoco podemos abusar – ni menos seguir usándolo como el “gran diluyente de todo”.

Los mecanismos claves del daño ambiental que se deriva de un derrame de hidrocarburos se asocian a asfixia y a la toxicidad, de la mano con el tipo de derrame y la rapidez de la disipación vinculada a la ubicación de los recursos sensibles/vulnerables a la contaminación. Y los organismos más vulnerables son aquellos que se encuentran en la superficie del mar o en la costa. En principal riesgo están las aves marinas, pues no necesariamente podrán sobrevivir luego de la “limpieza de sus hábitat que fueron contaminados”, incidiendo en sus procesos reproductivos.

Y como todo en la vida, la rapidez es vital, para la planificación y ejecución de las operaciones de respuesta ante el derrame, para mitigar daños y recuperar el sector agredido, en sintonía con las medidas de restauración a posteriori, en el corto y mediano plazo, sumado al monitoreo permanente.

Eva Soto Acevedo, Dr. © Ingeniería, MSc. Ing. Civil Bioquímico PUCV. RCI 22.637-8
1° Vicepresidente Consejo Zonal Valparaíso – Colegio de Ingenieros de Chile A.G.
Sustentabilidad & Medio Ambiente – E-mail eva.sotoacevedo@gmail.com

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