A raíz del nuevo incidente en Quintero, derrame de hidrocarburos y
para comprender qué sucede con los sedimentos, se hace necesario indicar
que: los hidrocarburos son compuestos orgánicos que, según su
naturaleza de origen, son clasificados en biogénicos e hidrocarburos
antropogénicos. Los primeros son sintetizados por casi todas las
plantas, animales terrestres y marinos, incluyendo la microbiota,
bacterias, plancton marino, diatomeas, algas y plantas superiores.
Existe una asimilación de los términos hidrocarburos y petróleo, este
último es una mezcla compleja de muchos hidrocarburos gaseosos, líquidos
y sólidos, con un número de carbonos en sus moléculas que varían
aproximadamente entre 1 y 50, líquido viscoso, de color pardo oscuro, de
olor desagradable, tóxico, irritante e inflamable.
Ahora bien los hidrocarburos más pesados procedentes de las superficies
acuáticas quedan adsorbidos y acumulados en los sedimentos fluviales y
marinos. Los derrames de hidrocarburos pueden afectar gravemente el
medio marino como resultado de la asfixia y de los efectos tóxicos y la
prensa los titula como “desastres medioambientales”, y efectivamente el
impacto trastorna los ecosistemas afectando a su subsistencia y a su
calidad de vida, en adición a la pérdida de recursos marinos. Y por ello
la presencia de hidrocarburos en los sedimentos marinos ayuda a
comprender el problema de la contaminación marina, empleándose como
indicadores pues presentan tasas mayores de hidrocarburos que la columna
de agua, entregando antecedentes históricos de los daños provocados –
acumulados en el tiempo. Pues los procesos de biodegradación que pueden
sufrir estos contaminantes son muy lentos; con elevados tiempos de vida
media, que están relacionados con el valor del peso molecular,
volatilización, a causa de las bajas temperaturas a las que están
sometidos los sedimentos.
Es por ello que es indispensable considerar que el medio marino abarca
una amplia gama de ecosistemas complejos, con fluctuaciones en
abundancia y diversidad. También es innegable que el medio marino tiene
una gran capacidad de recuperación natural frente a perturbaciones
intensas, pero tampoco podemos abusar – ni menos seguir usándolo como el
“gran diluyente de todo”.
Los mecanismos claves del daño ambiental que se deriva de un derrame de
hidrocarburos se asocian a asfixia y a la toxicidad, de la mano con el
tipo de derrame y la rapidez de la disipación vinculada a la ubicación
de los recursos sensibles/vulnerables a la contaminación. Y los
organismos más vulnerables son aquellos que se encuentran en la
superficie del mar o en la costa. En principal riesgo están las aves
marinas, pues no necesariamente podrán sobrevivir luego de la “limpieza
de sus hábitat que fueron contaminados”, incidiendo en sus procesos
reproductivos.
Y como todo en la vida, la rapidez es vital, para la planificación y
ejecución de las operaciones de respuesta ante el derrame, para mitigar
daños y recuperar el sector agredido, en sintonía con las medidas de
restauración a posteriori, en el corto y mediano plazo, sumado al
monitoreo permanente.
Eva Soto Acevedo, Dr. © Ingeniería, MSc. Ing. Civil Bioquímico PUCV. RCI 22.637-8
1° Vicepresidente Consejo Zonal Valparaíso – Colegio de Ingenieros de Chile A.G.
Sustentabilidad & Medio Ambiente – E-mail eva.sotoacevedo@gmail.com
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