viernes, 1 de septiembre de 2017

Si nos estamos volviendo más viejos, ahora quien realizara el trabajo duro?

Como ya es de conocimiento a nivel mundial se está avanzando hacia una transición al envejecimiento demográfico de la población. La expansión de este rango etario también es un fenómeno que se replica en Chile. Los adultos mayores son un segmento que crece rápidamente y que cada  vez adquiere  mayor peso en la población.
Hoy Chile se encuentra en una etapa avanzada en la transición demográfica de la población, lo que se ve reflejado en la evolución de los infanto-juveniles y de los adultos mayores en la pirámide poblacional. Se puede decir que hoy tenemos una pirámide invertida, que significa que hay más población envejecida que joven. De hecho, para el año 2050, se estima que Chile será el segundo país de América Latina con mayor porcentaje de adultos mayores (30,6%), siendo solamente superado por Cuba (38,4%) y estando sobre el promedio regional (24,9%).
El proceso de envejecimiento de la población en los países desarrollados fue progresivo, lo que les permitió ir adaptándose con tiempo a esta nueva realidad. En cambio, en Chile, este proceso está siendo rápido, incluso a una velocidad mayor que en países desarrollados, quedando poco tiempo para poder prepararse y adaptarse a las nuevas necesidades y realidad. Es por esto que es preciso tomar medidas para poder enfrentar adecuadamente el envejecimiento de la población.
El envejecimiento poblacional es un desafío crítico para las políticas públicas, la familia, la empresa y la sociedad en general; siendo un tema de preocupación para el sistema de salud, de pensiones y para el cuidado del adulto mayor. Dado lo anterior es que se busca cubrir las necesidades diferentes de cuidados de los adultos mayores con respecto a la salud y analizar como el sistema de salud puede ser sostenible en el tiempo con este envejecimiento de la población. En cuanto a las pensiones, está el desafío de lograr que tanto hombres y mujeres reciban pensiones similares y acorde a los gastos que se llevan en la última etapa del ciclo vital. Por último, respecto al cuidado, se necesitan presentar mayores opciones para los adultos mayores dependientes, para que las mujeres cuidadoras puedan trabajar, y para que los adultos mayores puedan contar con el apoyo físico, económico y emocional que necesitan para tener un “envejecimiento saludable”.
No podemos dejar de mencionar que, esta nueva realidad demográfica, plantea un nuevo desafío para la empresa, la incorporación de estas generaciones. Ocurre que la población laboralmente activa entre los 55 y 64 años va en aumento, y al mismo tiempo la población joven va disminuyendo. Por lo que habrá también un envejecimiento de las organizaciones. A pesar de ello, actualmente las empresas buscan mayormente atraer y retener a las nuevas generaciones, en vez de a estos grupos etarios. Es por esto que hoy más que nunca se hace necesario comenzar a ver las oportunidades que existen con este grupo y buscar mecanismos que los atraigan a continuar en las empresas. Esta es también una invitación a las empresas a mirar sus prácticas y políticas para poder adaptarse a esta realidad inminente, de modo de poder atraer y fidelizar estos talentos. Todos estos desafíos analizados responsablemente representan oportunidades para las empresas, la familia y la sociedad.
Fuente utilizada: Centro de Trabajo y Familia Grupo Security del ESE Business School.
Marcia Carrasco Rojas
Vicepresidenta Consejo Especialidad Industrial
Colegio de Ingenieros de Chile A.G.

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