El
ingreso de nuevos estudiantes a las carreras de ingeniería, cada año nos va
poniendo nuevos desafíos, generaciones ávidas de la inmediatez y del San
Google, que registran audiovisualmente todo.
¿Cómo
entusiasmarlos en la aridez de los ramos de primer año, en la abstracción, en
sentir que las matemáticas serán su nuevo lenguaje?
Es
un gran reto para los que estamos dispuestos a contribuir a su formación, y trabajamos con alegría en el cumplimiento
de ese cometido, en lograr un sentido de pertenencia con el mundo ingenieril, a ratos muy hostil y rudo, sobre todo en
ingenierías llamadas “duras”.
Y es
ahí donde se hacen carne, las nuevas estrategias educativas, que nos invitan a
trabajar en sintonía con los problemas de contexto, y con el aprendizaje y
fomento en competencias, habilidades integrales, que se asocien a su proyecto
de vida, aportando al territorio donde están inmersos.
Con
variables que incluyan a la sustentabilidad como una arista relevante, a la
equidad como otro pilar fundamental, y que al fin se alcance un trabajo
colaborativo, privilegiando el compartir por sobre el competir.
El
cooperar por sobre el estado individual de cada estudiante que inicia su
proceso de formación holística, con una visión de cercanía con las situaciones
globales conflictivas.
Las
interconexiones todo lo permiten, el trabajo sincrónico y asincrónico
contribuyen de buena manera en obtener logros, consensuar acuerdos, entender
disensos y tolerar la frustración en nuestros dirigidos. Habilidades blandas
indispensables, que han de enlazarse con las habilidades técnicas y
disciplinares, es una motivación adicional para quienes enseñamos, bajo la
impronta ingenieril. Evolucionamos, aprendemos juntos con ellos, bonita forma
de iniciar un nuevo año académico.
Eva Soto Acevedo
Msc. Ingeniera Civil Bioquímica
Primera Vicepresidenta Consejo Zonal
Valparaíso
Registro N° 22.637-8
@evasotoa
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