miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Gran Desafío de los Colegios Profesionales

Hoy en día poner en tela de juicio la calidad en la formación profesional entregada por algunas instituciones de educación superior, o la institucionalidad encargada de resguardar dicha calidad, no es nuevo, tanto es así, que muchos esperan con ansias, que el caso de las Universidades: del Mar y Pedro de Valdivia sean sólo el inicio de: las investigaciones, juicios y querellas que deberían darse en el sistema de educación superior y las instituciones relacionadas encargadas de resguardar la calidad en la formación profesional, lo que sí es importante destacar es que la discusión se centró en el concepto de universidades privadas no tradicionales, pero ojo, existen casos tal vez menos mediáticos, pero también en universidades estatales, el mejor ejemplo es perito en criminalística en la UTEM, donde miles de estudiantes fueron matriculados a sabiendas que no podrían ejercer su profesión.
Por otro lado, hoy se publica en diario La Tercera (http://www.latercera.com/noticia/nacional/2012/12/680-496844-9-caso-universidad-del-mar-indagan-red-de-falsificacion-y-venta-de-titulos.shtml), que se investiga la potencial existencia de una red de falsificación de títulos, con el objeto de que quienes los adquieran puedan hacer ejercicio ilegal de determinadas profesiones o ejercer en docencia en el área en cuestión, caso que se suma a otros mediáticamente publicitados durante estos años 2012 y 2011.
En resumen, para quienes se enfrentan al mercado laboral, existe la posibilidad de que estén compitiendo con “supuestos profesionales”, que estudiaron en Instituciones acreditadas, pero que en realidad dejan mucho que desear en términos de la formación profesional, y adicionalmente, espero en menor medida con potenciales profesionales que sólo pasaron por fuera de la universidad y tienen o adquirieron un título falso, en un escenario nacional, donde el número de titulados por año va en alza. Lo anterior da paso a algunas interrogantes: ¿Cuál es la verdadera calidad, preparación y competencias, de los profesionales con que nos toca desenvolvernos en nuestra vida laboral, y más aún cuando hay responsabilidades en vidas involucradas (medicina, cálculo estructural, entre otras)?; ¿cómo orientar a nuestros hijos o las futuras generaciones sobre las instituciones y carreras de calidad?, y otras tantas preguntas, pero sólo con estas dos creo queda claro el punto.
Si bien las potenciales respuestas son difíciles de encontrar, más allá de cinco u ocho instituciones de educación superior líderes del sistema, que se pueden recomendar, la verdad es que sólo me queda decir: “…oh y ahora,  quién podrá ayudarnos…”
Si bien, la reflexión que pretendo hacer es autorreferente (y absolutamente a título personal), y está enfocada a determinadas carreras, como en mi caso que soy Ingeniero Civil Industrial, creo que hemos dejado de lado la importancia y validez, de la opinión de los Colegios Profesionales, en mi caso el Colegio de Ingenieros de Chile A.G., ante las interrogantes anteriormente formuladas. Pretendo, desde mi experiencia como colegiado, plantear que efectivamente hoy mi Colegio Profesional, me da garantías de la calidad y excelencia en el ejercicio profesional, más allá de las instituciones actualmente cuestionadas (encargadas de velar por ella), y ¿por qué lo digo?, muy simple en los años que llevo como colegiado, he podido observar que efectivamente existe una preocupación “de verdad” por la calidad en la formación y el ejercicio profesional, tanto así, que no todas las carreras de ingeniería, ni todas las universidades que las dictan, están colegiadas, donde para tener ese privilegio deben presentar todo un dosier que da cuenta de su formación, adicionalmente existe un compromiso y código ético, asociado al ejercicio de la profesión, y así sucesivamente podría seguir mencionando una serie de acciones y elementos, que lo único que reflejan finalmente, es que aún existen instituciones que realmente velan por una formación y ejercicio de la profesión de calidad y excelencia, comprometidas con el desarrollo de nuestro país.
Durante años, he escuchado a muchos que plantean que los “Colegios Profesionales” no sirven, si no dan beneficios, algo así como una tarjeta de descuentos, pero en realidad esa visión es sólo cortoplacista, ya que, por lo menos para mí, el mayor beneficio que obtengo de mi Colegio, es la tranquilidad de pertenecer a una organización que cuida de mi profesión, en el más amplio sentido de la palabra, y es dicha profesión, la que me permitirá alcanzar las metas propuestas en mi desarrollo profesional, donde adicionalmente un grupo de expertos analizo la carrera que yo estudié antes de que se le permitiera ser carrera colegiada.
Hoy, más que nunca, los Colegios Profesionales, pasan a tener el mejor de sus desafíos, mantener la calidad y excelencia de sus profesionales, como hasta ahora lo han hecho, ya que las instituciones encargadas oficialmente de ello, no han dado el ancho. Adicionalmente comunicar con más ímpetu su labor, con el objeto de orientar a muchos que hoy desconocen el tema.

Mauro Grossi Pasche
Ingeniero Civil Industrial
Colegio de Ingenieros

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