jueves, 3 de enero de 2013

La composición de las vacaciones



Ya es enero, y como es tradicional en nuestro país, nos preparamos para las vacaciones, les adjunto una pequeña reflexión, sobre el periodo estival de los últimos años…
Haciendo memoria, y recordando mis tiempos de escolar, pienso en cómo cada marzo al llegar a la primera clase de castellano (creo que hoy se llama lenguaje), el respectivo profesor o profesora de ese año, nos pedía realizar la “composición sobre las vacaciones”, es decir, que en una o dos planas escribiéramos que habíamos hecho durante el verano, posteriormente nos sacaban adelante y debíamos leer la composición, con lo cual se generaba un espacio muy rico de conversación entre los compañeros, donde todos contábamos finalmente lo bien que lo pasamos, lo mucho que jugamos, anécdotas y muchas cosas entretenidas con esa mágica ingenuidad de los niños.
A modo de rejuvenecer un poco quise hacer una composición sobre mis vacaciones, pero me encontré con una serie de factores, que nunca observe o no existían en mis tiempos de escolar, por lo que más allá de escribir sobre mi vivencia, la cual debo decir fue nuevamente maravillosa, voy a escribir sobre situaciones que pude observar durante mi estadía en el litoral central de nuestro país.
A continuación relataré una serie de cosas que vi y viví:
·         Taco descomunal a las horas peak, ya sea para ir o devolverse de la playa, con los respectivos conductores alterados y fuera de sí, dispuesto a matar por un espacio, un estacionamiento o avanzar un poco más que el resto.
·         Papás y mamás sin desconectarse del celular, conversando de trabajo, y en absoluta despreocupación de sus hijos.
·         Vehículos, cuyos conductores manejan con música estridente, pero con los vidrios abiertos a modo de poder obligar al resto a escuchar lo que a él le gusta.
·         Una serie de veraneantes que llevan a su mascota, por lo general un gran perro, y lo dejan suelto, asustando a los niños, tirando arena, haciendo sus necesidades, etc.
Y así sucesivamente un gran número de situaciones que distan absolutamente de lo que uno podría pensar como definición de vacaciones donde la tranquilidad, el descanso y lo más importante la posibilidad de compartir en familia, no los observe.
Reflexionando un poco, me pregunto qué ha pasado en estos años, y comparo mi composición escolar con lo que hoy estoy escribiendo, claramente algo cambio, y el único concepto que se me viene a la cabeza es “RESPETO”, algo que se trae de la casa y no se adquiere en la farmacia.
Con esto creo representar a muchos que han podido observar el mismo cambio en el tiempo sobre su composición de las vacaciones, pero debemos preguntarnos, si estamos de acuerdo en ello, ¿dónde perdimos el respeto, y lo más importante donde dejamos que no nos respeten…?, creo que no tengo una respuesta para esto, si me queda hacerlo público, para ver si de alguna manera con un pequeño gesto, lo volvemos a instaurar como un concepto importante, valioso y presente en nuestras actividades diarias, y en un futuro nuestro recuento de vacaciones pasa a ser más como el escolar…
Mauro Grossi.


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