Airbnb y Uber son ejemplos de modelos de negocio llamados Plataforma, que
adicionalmente aprovechan las habilidades de las nuevas tecnologías para conectar
distintos tipos de usuarios (viajeros-dueños de casa, pasajeros-choferes).
No obstante, el marco conceptual de Plataforma ha estado junto a nosotros
por mucho tiempo y en diversos negocios. Básicamente una Plataforma ofrece un
entorno físico o virtual donde los participantes se reúnen e interactúan fácil
y directamente. En una Plataforma es crítico tener una estructura de precios
adecuada (1) para asegurar masa crítica, (2) y para ser rentable en el largo
plazo. Típicamente un tipo de usuario estará subsidiado. Por ejemplo, en la
Sala Murano, las mujeres son el lado subsidiado de la Plataforma. Mientras que,
para los diarios físicos, el lado subsidiado son los lectores.
Su lógica descansa en los llamados efectos de red: el valor para un grupo
de usuarios depende de cuántos miembros participan de un grupo diferente.
Además, las personas pueden tener roles distintos. Por ejemplo, en YouTube una
misma persona puede subir videos o puede ver videos. Hay que cortejar a ambos
tipos de usuarios. Una pregunta clave es ¿a cuál grupo entusiasmo primero? Y
debemos tener claro que los usuarios utilizan varias Plataformas. Tal vez lo
más crítico en las Plataformas es que los participantes pueden decidir
cambiarse fácilmente. Así, la obligación de toda Plataforma es asegurarse que
están obteniendo más participantes de “cada lado”, con quienes participantes
“en el otro lado” quieren interactuar. Claramente, un incentivo de las
plataformas es limitar participación, ya que eso las hace más valiosas a los
miembros de cada lado.
Se plantea como hipótesis que analizar las sociedades profesionales desde
la óptica de una Plataforma puede dar luces sobre el valor agregado de ellas,
para participantes “de lados” aún por explorar.
William Baeza López
Ingeniero Civil Industrial
Nº Reg. 28018-6
Nº Reg. 28018-6
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