El precio es
lo que pagas y el valor es lo que recibes. Por ello, si quieres asociarte con
otros emprendedores, vender tu empresa, comprar a un competidor, entrar a una
industria donde no tienes experiencia, o incluso eres un ejecutivo que se
quiere independizar comprando y gestionando una empresa, tu foco estará puesto
en el valor.
Esta columna
es la primera de una serie que dedicaremos a temas de compra y venta de
empresas (M&A en jerga financiera). Esperamos te eduquen, entretengan y
ayuden a tomar mejores decisiones en 2018. En estos procesos de M&A, las
asimetrías de información y la mala aplicación de técnicas de valoración de
empresas, son fuentes de mucha frustración. El paso del tiempo hace visible “lo
que recibimos”.
¿Todas las
empresas se valoran de la misma forma? ¿qué técnicas existen? ¿hay una técnica
recomendada? ¿y cuáles son los errores típicos que comenten las Auditoras,
Analistas, Académicos y otros Expertos Financieros que suelen emitir sus
opiniones e informes sobre el valor de empresas o transacciones? A
continuación, veremos cada una.
¿Todas las
empresas se valoran de la misma forma? No, ya que algunas empresas además de
sus operaciones, tienen proyectos en construcción y proyectos de desarrollo.
Para este tipo de proyectos, se debe incorporar el valor asociado a la
flexibilidad. Por ejemplo, esperar para tener mayor información sobre los
costos o la demanda. O acelerar el proceso de construcción si las condiciones
de mercado hoy son más favorables que lo estimado previamente. También se puede
abandonar el proyecto, si los resultados preliminares del producto o servicio
no son promisorios o bien no se obtienen los permisos necesarios para seguir
adelante. Sin duda, un start-up es un tipo de empresa que no se puede valorizar
por técnicas convencionales, dado que nueva información o eventos pueden
cambiar las decisiones originales, lo que a su vez da lugar a nuevos
resultados.
¿Qué
técnicas existen? El pan con mantequilla o el helado de vainilla, corresponde a
la valoración por flujo de caja descontado. Pese a su ubicuidad, tiene
“mala fama” ya que se le usa inapropiadamente de forma sistemática. Más sobre
eso a continuación. También se usan múltiplos de empresas comparables
que transan en bolsa o de transacciones similares recientes. ¿Pero qué
significa empresas comparables o similares? Lo que hacen los analistas de las
Auditoras, Fondos Mutuos, Corredoras de Bolsa, Fondos Mutuos, Fondos de
Inversión, AFPs, Compañías de Seguros, Family Offices, incluso Académicos de
renombre (en su conjunto “los valoradores”); es buscar datos de empresas del
mismo sector, en lo posible del mismo país o región, ideal si tienen las mismas
líneas de negocio y tamaño. No obstante, los determinantes de “comparabilidad o
similitud” son (1) la rentabilidad, (2) el crecimiento, (3) y el riesgo. Empresas
similares en esas
dimensiones, deberían valer lo mismo. Lo más perturbador, es que los
valoradores jamás hacen explícito que los múltiplos de empresas que transan en
bolsa y los de transacciones recientes tienen letra chica, es decir, no se
pueden mirar así en el vacío ¿los valoradores sabrán que existe esa letra
chica? Un criterio ampliamente utilizado, tanto por los valoradores como al
interior de las empresas, es la tasa interna de retorno, TIR, que tiene
tantos problemas que prácticamente requiere una columna solo para ese tema.
Solamente mencionar que no se pueden comparar proyectos con distinto tamaño de
inversión, ni tampoco permite comparar la bondad de proyectos de distinta vida
útil ¿es mejor un proyecto de a 3 años con TIR de 25% que un proyecto a 15 años
con TIR de 20%? ¿elijo aquel proyecto de mayor TIR y punto? También, en la
práctica corporativa se evalúan proyectos con deuda y se usa esa TIR para tomar
decisiones. En general la deuda tiene el efecto de “inflar” la rentabilidad o
TIR. Es decir, se podría aprobar un proyecto solamente porque con deuda luce
atractivo ¿Si yo tuviese que colocar de mi bolsillo todo el dinero que se
necesita para el proyecto, lo haría? Por ello la relevancia de calcular la TIR
para el proyecto “puro”, es decir, sin deuda. Por último, la forma de valorar
la flexibilidad es usar la técnica conocida como opciones reales.
Empresas que están en la frontera del conocimiento y líderes globales, como
Codelco, las utilizan. Dada esta interdependencia entre
información-eventos-decisiones-resultados, es llamativo que en Chile
prácticamente no se utiliza en valoración de empresas, las que dentro de sus
portafolios tienen proyectos en construcción y de desarrollo.
¿Hay una
técnica recomendada? Sí, la valoración por flujo de caja descontado, que
mide cuánto valor o riqueza me agrega a mí como accionista o dueño, un proyecto
o empresa. No obstante, existen varios métodos dentro de la familia de flujo de
caja descontado ¿lo sabían? Los más populares son:
1.- Método a partir del flujo de caja al accionista y de la
rentabilidad exigida a las acciones.
2.- A partir del flujo de caja libre y del WACC.
3.- A partir del flujo de caja al capital y del WACC antes de
impuestos.
4.- Valor Presente Ajustado (VPA).
5.- A partir del flujo de caja libre ajustado al riesgo del negocio y
la rentabilidad exigida a los activos.
6.- A partir del beneficio económico y la rentabilidad exigida a las
acciones.
7.- A partir del EVA y del WACC.
Todos los métodos proporcionan siempre el mismo valor, ya que analizan
la misma realidad bajo las mismas hipótesis. Solo difieren en los flujos que
toman como punto de partida para la valoración. Y esta es la parte para llorar en esta
columna: si le piden a cualquiera de “los valoradores” que use 2 métodos entre
los 7 de arriba, con probabilidad uno, en decir, en el 100% de los casos, les
entregará 2 valores distintos.
Entonces ¿cuáles son los
errores típicos que comenten “los valoradores”? Acá entramos a temas técnicos,
que como es usual, son los puntos relevantes y que hacen la diferencia:
1.- Iterativo #1Los valoradores calculan el WACC utilizando valores contables de la
deuda y el patrimonio. No obstante, el valor del patrimonio depende del WACC y
el WACC depende del valor del patrimonio. Por ello, ambas variables se deben
determinar simultáneamente.
2.- Iterativo #2 También estos “expertos” olvidan el aumento de las necesidades
operativas de fondos (NOF) al calcular los flujos esperados. El Estado de
Resultados no está conectado con “la forma de hacer negocios” que se refleja en
el Balance (inventarios, cuentas por cobrar y cuentas por pagar). El modelo
no cierra. Y para que cierre, el Balance sabemos que depende de las
utilidades retenidas para calcular el endeudamiento, mientras las utilidades
dependen de los gastos financieros que dependen del nivel de deuda. Así, se
debe resolver este problema de circularidad. Es usual encontrar modelos de
gente “seria”, donde la caja se hace negativa un par de años hacia delante en
sus proyecciones. Eso es mala modelación. Y lo que es peor, mala asesoría.
En una frase: pésimas decisiones.
3.- Utilizar una tasa de crecimiento de los flujos a perpetuidad
insostenible.
4.- Suponer que la relación Deuda / Patrimonio es constante cuando no
lo es.
5.- Que distintos métodos de flujos de caja descontados den valores
distintos, en función de si son flujos a los accionistas, flujos de caja libre,
antes de impuestos, etc.
En resumen, desde mi punto de vista valorar una empresa es emitir una
opinión basada en técnicas y supuestos relevantes, que considero apropiados
para obtener un rango de valor justo.
Para que la compra-venta de una empresa sea una transacción win-win
(ganar-ganar), tú debes estar bien asesorado. Yo sé cómo ayudarte. ¿Y tienen que darse
condiciones perfectas comenzar a trabajar? No. Lo único claro, es que teníamos
que partir trabajando ayer, metafóricamente hablando.
William
Baeza López
Ingeniero
Civil Industrial
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